miércoles, 28 de septiembre de 2011

Día 62: Esclusa de Chateneuf (PK 167) – Valence (PK112)

Hoy el día estuvo nublado, y nos tocó ponernos la ropa de agua.


Ataviada con la ropa de agua y de frío.
18.09.11. Nos levantamos sobre las 6:00 y largamos amarras sobre las 7:30. Apenas había amanecido. El día se presentó muy frío. Estaba chispeando y hacía un mistral bastante fuerte que ralentizaba nuestra marcha. De nuevo buscamos el abrigo de las riberas para evitar la corriente del Rhône. El día continuó sin grandes contratiempos, sólo pasando mucho frío. En un punto, el viento era tan fuerte que formaba olas, pero pronto amainó.
Llegamos a la esclusa de Logis Neuf. El “esclusier” no dijo que debíamos esperar unos 25 minutos, así que atracamos en el pantalán de espera. Nos tomamos un merecido te caliente mientras esperábamos. Enseguida vimos que se encendía la luz verde y se abría la puerta, así que entramos. Estábamos solos en la esclusa. Amarramos como hacíamos habitualmente, con dos amarras: 1 de proa y otra de popa al bolardo, que intentábamos mantener siempre en el centro del barco para equilibrarlo durante el ascenso. Sobre las 10:45 estábamos fuera. Dejamos atrás Montelimar y tras un tiempo navengado bajo una intensa lluvia, llegamos a la esclusa de Beaucharel. Unos 2 km antes de esta esclusa, avisamos a la oficina correspondiente para que nos tuvieran en cuenta. El esclusier no dijo que si nos dábamos prisa nos esperaba. Al parecer acababa de entrar una pèniche y una barca a motor, y si no tardábamos mucho, podríamos cruzar con ellos. Les dijimos que OK, pero yo tenía claro que Tortuga no iba a llegar más rápido a pesar de acelerar el motor (había unos 2.5 nudos de corriente en contra), así que seguimos a nuestro ritmo. Al rato llegamos y vimos que la luz seguía en verde. Nos habían esperado como dijo el esclusier! Muy amable por su parte! Sin embargo, debíamos de atracar de babor, pero me daba miedo porque teníamos todas las antenas por esa banda, y como nos descuidáramos, podríamos golpearlas contra los muros de la esclusa. Estuve a punto de decirle al esclusier que nos esperábamos al siguiente movimiento, pero ya que nos había esperado me daba apuro. Había que seguir adelante. Amarramos como de costumbre si ningún problema. Pero en esta ocasión, yo me quedé en la plataforma de popa con el bichero alejando al Tortuga de la pared para evitar romper las antenas. Ascendimos muy rápidamente, y en poco tiempo ya habían salido la pèniche y la barca. Nos tocaba a nosotros salir. No se bien qué pasó que Antoine se puso nervioso. Lo único que me gritó es que había perdido una defensa y flotaba hacia popa. Nosotros ya estábamos marcha avante, pero no se muy bien cómo tuve los reflejos de parar el motor, darle suavemente atrás, poner el piloto automático, coger el bichero y darle unas vueltas al cabo de la defensa y volver a la caña para evitar que golpearan las antenas en el muro al dar marcha atrás. Tan rápido fue todo que pensé que no había cogido la defensa, pero cuando recogí el bichero ahí estaba la defensa! Es una de estas maniobras que sólo te pueden salir bien una vez en la vida… No me lo creía y no pude evitar reirme en voz alta. Estábamos solo a unos pocos kilómetros de Valence. Entramos en el puerto sin mayor complicación, eso sí, prestando mucha atención a la señalización de entrada porque había muchos bajos junto a la bocana. Vimos a alguien en el pantalán haciéndonos señas, y asumí que era el marinero. Nos indicó un punto de amarre y allí nos ayudó a amarrar. Más tarde me dijo que no era el marinero del puerto, que esa marina no tenía marinero alguno. Se llamaba Bob, era británico y vivía en un barco un par de atraques más hacia tierra que se llamaba Inspraytion. Lo había construido él mismo! Le dije que se pasara a tomar el aperitivo con nosotros si quería, por toda la ayuda en el atraque. Y dijo que sí. También conocimos a nuestro nuevo vecino de barco, amigo de Bob, Berkeley, y también británico. Fue a capitanería a arreglar los papeleos y recogí un poco el barco. Mi nueva tripulante, Joelle, no tardaría en llegar y quería tener todo más o menos recogido. Cuando hube terminado, me fui a dar una ducha, y apenas terminé y salía hacia el barco, me llamó Joelle diciendo que acababa de entrar en el puerto… Y allí estaba! Una mujer encantadora, me comentaba que tenía muchas ganas de navegar... La instalamos y guardamos todas sus cosas. Hoy tendríamos que ser tres en el barco. A Antoine no le había dado tiempo a buscar un tren para volver a su casa. Pero bueno, sería sólo para esta noche. Y a la hora del “aperitif” se acercaron Bob y Berkeley. Pero el acceso a mi barco era un poco complicado para Berkeley dado que sufría de una enfermedad, así que acabamos todos en el barco de Berkeley bebiendo vino y hablando un poco de nuestras vidas para conocernos. Fue una tarde de los más interesante y enriquecedora. La tarde fue tan agradable que acabamos “el aperitif” a las 22:30! Y es que el hambre llamaba. Volvimos al barco a cenar algo rápido y a la cama…
    • Distancia recorrida: 26 nm
    • Tiempo aproximado: 10h
    • Número de esclusas: 2
    • Distancia total recorrida: 1154 nm
    • Tripulación: Antoine

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