Me levanté tempranito para terminar de quitar la madera antigua de la tapa del tambucho. Sobre las 9 fui al taller pero no había nadie, así que me volví para el barco. Sobre las 10:00 vi a Guiome paseando por el pantalán y salí a preguntarle si podía seguir trabajando en el taller esta mañana. Me dijo que sí, pero que me esperara en mi barco media hora, porque iba a entrar un catamarán muy grande con problemas de motor y debía de vigilar que no me golpeara. Todos hacían lo mismo con sus respectivas embarcaciones. Y en unos minutos apareció el catamarán. Había bastante viento, e hizo la aproximación al pantalán unas tres veces, sólo para dar media vuelta e intentarlo de nuevo. A la cuarta fue la vencida y metió el catamarán en el pasillo tan estrecho que hay entre los dos pantalanes. Por suerte, el viento le separaba de mi, porque lo que no hubo problema. Pero el barco de enfrente, un barco de madera enorme, no tuvo tanta suerte. El catamarán fue directo a él. El dueño estaba en la proa con un bichero y una defensa. No vi muy bien lo que pasó, pero el hombre acabó en el agua. Al final echaron cabos a tierra, y a mano se pudo meter el catamarán en su sitio. De allí, seguí quitando la madera hasta la hora de comer. Por la tarde me dediqué a pegar la madera. Al final usé sikaflex, y puse 4 baterías a los lados (para que no se desplazaran las superficies) y 6 baterías más sobre la madera para que se terminara de pegar bien. Misión cumplida! No vi a Gilbert en todo el día... lo que me pareció raro porque habíamos quedado esa mañana...
Bueno, ya toca descansar que mañana tengo que preparar el barco para intentar salir el lunes.
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