lunes, 26 de septiembre de 2011

Día 61: Esclusa de Bollène (PK187) – Esclusa de Chateneauf (PK163).

Vista del interior de la esclusa de Bollène.

17.09.11. Nos levantamos sobre las 7:30. Desayunamos y revisé el motor. Antoine insistió en que debíamos de cambiar la correa antes de partir. Yo no la veía mal, y sólo tenía 300 horas (de las 800 recomendadas). Me dijo que iba a romperse en cualquier momento, y se tomaba a mal que no le creyera. Así que saqué la correa de repuesto. Pero era más grande! Me debieron de dar la incorrecta cuando fui a comprarlas antes de salir de Sevilla! Así que llamé a la oficina de la esclusa para preguntar si había algún sitio cercano para comprar una correa que valiera. Me dijo que me quedaría más cerca si cruzaba antes la esclusa. Así que así hicimos. Nos dijo el hombre que esperábamos a un mercante de nombre “Polaris” para entrar en la esclusa a la vez. ¡Horror! Justo lo que quería evitar… Pero no me atreví a ponerle pegas al controlador. Esto es lo que había. Entramos en la esclusa una vez entró el famoso “Polaris” y detrás de otro barquito deportivo que venía detrás. Esta esclusa daba realmente miedo. Entrábamos en un cajón de más de 30 metros de altura y sólo 7 metros de ancho. No había casi luz, parecía que fuera casi de noche. En cuanto entramos por las puertas, todos los aparatos me empezaron a pitar diciendo que había perdido algún tipo de señal (e.j. satélites para el GPS). La barquita atracó a estribor de la esclusa. Nosotros teníamos todo preparado para estribor, así que rápidamente tuvimos que cambiar la maniobra para atracar de babor, y todo en 1 minuto que es lo que teníamos hasta el bolardo. Hicimos como habitualmente: dos amarras al bolardo, una de proa y otra de popa. Pero teníamos el mástil y todas las antenas que sobresalían por babor! Así que Antoine se quedó con el bichero vigilando la proa y yo en la plataforma de popa asegurándome que no tocaran las antenas contra el muro. Esta actividad me mantuvo ocupada, y así no le presté atención al ascenso. La sensación de claustrofobia de otro modo era agobiante. Pero todo fue genial. Subimos los 23 metros de desnivel y volvimos a ver el sol de la mañana. Cuando todo hubo terminado, salió Polaris y salió la otra barca. En último lugar salimos nosotros, despacio, hacia el pantalán de espera de la cara norte de la esclusa. Aquí volvimos a atracar y con la bicicleta recorrí los 3 km que nos separaban de la tienda que supuestamente vendían las correas. Allí encontré 3 tiendas de coches, y todas ellas me dijeron que no tenían ese tipo de correa (ya que la que lleva mi motor no es plana como la de los coches sino trapezoidal como la de los motores industriales). Además, todos ellos me dijeron que la correa estaba usada pero que no estaba tan tan mal como decía Antoine. Bueno, así que podría continuar con la correa hasta que encontrara una nueva. La cambiaría en cualquier caso por seguridad… tampoco son tan caras… La volví a montar y continuamos camino. Al final del canal de Mondragón encontramos unas grandes compuertas. Estaban abiertas, pero decía la guía que estaban ahí para prevenir inundaciones en los pueblos cercanos cuando se producían las crecidas del río. Al salir del canal y volver a adentrarnos en el Rhône, llegamos al desfiladero de Donzère. Una verdadera maravilla. La guía decía que en esta zona se han encontrado importantes yacimientos prehistóricos. Un antiguo puente colgante unía ambas orillas. A los pies del desfiladero discurría las vías del tren. Pronto pasamos por Viviers. Era una ciudad tan bonita que decimos atracar allí para pasar la noche. Vi un barco bastante grande atracado en el interior, así que pensé que habría calado. Además, junto a los pantalanes, había un cartel que indicaba que había 2 metros de calado en la zona. Nos aproximamos al pantalán y la sonda llegó a marcar 1.80 (calando Tortuga 1,77). Así que muy despacio di marcha atrás y salimos. Nos perderíamos el atardecer en este pueblo tan bonito. Pero bueno… haríamos noche en el pantalán de la esclusa de Chateneuf, que estaba sólo a 2 km al norte de Viviers.
Puertas "anti-inundación" en el extremo N del canal de Mondragón.

    • Distancia recorrida: 11 nm
    • Tiempo aproximado: -
    • Número de esclusas: 1
    • Altura ascendida: 23 m (sobre el nivel del mar)
    • Distancia total recorrida: 1128 nm
    • Tripulación: Antoine
Desfiladero de Donzère.

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