|
Entraba con nosotros una pèniche en la esclusa de Bourg-les-Valence. |
|
La pèniche parecía que no iba a entrar... ¡por poco! |
|
Pasando por Saint Vallier |
|
Atracados a popa del barco holandés "Elisabeth". |
20.09.11. Como acordamos la noche anterior, nos levantamos sobre las 6:00. Nos hicimos un buen desayuno, nos aseamos y recogimos todo para salir. Arranqué el motor para revisar que la correa estuviera bien instalada y llevé a Joelle a la cubierta para explicarle todas las maniobras y demás. Pero no había mucho que explicar. Ella tenía mucha experiencia de navegación. E incluso había cruzado el Atlántico! Sobre las 7:50 estábamos largando amarras. Berkeley, tal y como nos prometió la noche anterior, se levantó para ayudarnos en la maniobra. Volvimos de nuevo al Rhône, dirección norte. Había bastante viento de N y una corriente fuerte. Nuestra velocidad era de 2 nudos. A 6 km río arriba teníamos nuestra primera esclusa: Bourg-les-Valence, con un desnivel de 15 metros, casi nada después de Bollène! Nos tocó esperar unos 20 minutos, por lo que atracamos en el muelle de espera. Cuando la luz se puso verde, entramos en la esclusa. Ella era muy tranquila y preparaba todo con mucho tiempo de adelanto, para evitar posibles problemas, y a mi esto también me daba mucha tranquilidad. Pasamos la esclusa sin problemas y seguimos camino hacia Lyon. El viento bajó un poco, y nuestra velocidad pasó a ser de 2.5-3 nudos. A media mañana nos hicimos un tentempié y Joelle cogió la caña por el resto de la mañana. Yo hice la comida más tarde y sobre las 14:30 llegamos a la esclusa de Garvais. Llamamos por el canal 20 al esclusier pero no hubo respuesta. A medida que nos acercamos la luz se puso verde, así que entramos directamente. Amarramos hacia la mitad de la esclusa, y de repente, se oyó un mensaje por la megafonía diciendo, primero en francés y luego en inglés, que nos moviéramos hacia el final de la esclusa. ¿Vendría otro barco? Y en el horizonte apareció una pèniche. Parecía que no iba a entrar, pero si el esclusier no decía nada, entonces debía de entrar bien. Entró sin problemas, y salimos de la esclusa en apenas media hora. Al cruzar la esclusa encontramos más corriente, así que nuestra velocidad seguía siendo de 2.5 nudos con máximos de 3. Continuamos así durante unas horas más. Hacia las 16:30, decidimos que no íbamos a llegar a la siguiente esclusa (se nos haría de noche antes de llegar), así que dormiríamos en el club nautic Loisirs (PK73). Íbamos tranquilamente cuando de repente, ¡ZAS! Habíamos encallado! Sin previo aviso, y dentro del canal, había un banco de arena. Y ahí estábamos. Le daba al motor atrás pero no había manera. Finalmente fue el viento que soplaba el que nos sacó. La proa tan lanzada del Tortuga hacía a modo de vela, y nos abatía hasta sacarnos. Pero el motor respondía sólo a medias. Llegaba sólo a 2000 rpm y apenas tenía control sobre la embarcación. Habríamos perdido la hélice? No era posible. Había tocado de frente con la quilla. Habríamos perdido el timón? Tampoco, me asomé y vi la pala. Pero vi también muchas algas… probablemente tendríamos la hélice llena de algas… Una vez estuvimos libres de la arena, probé a darle un poco avante y atrás al motor, y finalmente parecía que el motor reaccionaba. En cualquier caso llamamos al club náutico Loisirs. Nos respondió una mujer y nos dijo que no nos veía… pero debíamos estar casi encima! No había forma de encontrar este sitio, así que decidimos dar media vuelta y atracar en un pantalán cercano donde habíamos visto un trawler atracado. Con la corriente apenas tardamos 2 minutos en llegar. Habían atracado justo en el centro del pantalán por lo que no había forma de amarrar sin abarloarnos. Le dimos un par de señales acústicas por si estaban a bordo, pero nada. Así que despacito, y maniobrando siempre pensando que el motor podía no reaccionar, nos abarloamos a esta motora verde. No tuvimos problemas. El motor respondió bien, pero había que revisar todo y ver qué había pasado. Enseguida llegaron los dueños del barco, y a mano avanzaron su barco y nosotros nos pusimos a su popa. Eran una pareja muy amable, holandeses. El barco se llamaba Elisabeth. Estuvimos hablando con ellos largo y tendido. Al parecer ellos también estuvieron en Valence y nos vieron allí amarrados. Revisé que todo estuviera bien. ¿Por qué no pasó el motor de 2000 rpm? Luego reaccionó, pero queríamos saber qué había pasado… ¿Podría ser el filtro del agua exterior que estaba lleno de algas? No explicaba que no revolucionara el motor… si hubiera estado sucio en todo caso se hubiera calentado el motor. En cualquier caso lo miré. LIMPIO. Un problema del motor? Lo arranqué, lo embragué y le di a tope. Funcionaba normalmente. No era un problema del motor. La única opción era que fuera algo en la hélice. Había que bajar a mirar. Pero no tenía gafas de buceo. Así que decidí coger la bicicleta e ir a buscar el famoso club náutico Loisirs a ver si alguien me podía prestar unas gafas un rato. Me recorrí unos 4 km río arriba, y no había signos de esta náutica. Dónde estaría? Desde luego no estaba donde indicaba la carta. Al regreso, ya dándome por vencida, vi un centro de natación! Allí entré y les expliqué mi situación, y sin mayor problema me prestaron unas gafas de natación. Para cuando llegué al barco, había oscurecido un poco. Me metí en el agua y ésta estaba tan turbia que era imposible ver ni mis pies. Así que decidí dar el tema por zanjado al menos hasta el día siguiente. Mientras yo trabajaba revisando el barco, Joelle estaba preparando unas sardinas en vinagre y preparaba un aderezo típico peruano para acompañarlas. En la TV estaban echando Troya, y estuvimos viéndola mientras cenamos. Mañana veríamos si seguíamos teniendo algún problema, pero dado que el motor respondió a la perfección en la maniobra de atraque, todo apuntaba a que fuera cual fuera el problema (probablemente muchísimas algas en la hélice) estaba solucionado.
- Distancia recorrida: 24 nm
- Tiempo aproximado: 8 h
- Número de esclusas: 2
- Distancia total recorrida: 1178 nm
- Tripulación: Joelle