1.09.14.
Nos costó levantarnos después de la noche ajetreada que tuvo Miah. Había muchos
gatos en el puerto, y de madrugada, uno se coló en el barco y fue a refugiarse
debajo del dinghy (que desafortunadamente para él se encuentra volteado sobre
el portillo de nuestra cabina, y Miah le vio rápido). Apenas lo vió, Miah se
puso a gritar de una manera que nunca vimos. La intentamos tranquilizar y
Fabrice salió a sacar el gato, aunque para cuando salió, el gato ya había
puesto tierra de por medio después de escuchar a Miah.
Fabrice ha tomado por costumbre saltar a tierra y ayudar al esclusier en las esclusas manuales |
Salimos
hacia las 9 y formamos convoy con una embarcación de alquiler, lo cual, visto
lo visto, no nos hizo demasiada gracia. Pero no podíamos sino reírnos
recordando los gritos de Miah la noche anterior.
A la
hora de comer, probamos amarrarnos al muelle deportivo de Léré, para encontrar
un calado inferior a 1.50m a más de 3 metros del pantalán. No íbamos a tener
suerte. Había una Peniche cercana en venta, y nos abarloamos a ella pensando
que no había nadie a bordo. Salió el dueño, que nos recibió calurosamente.
Durante más de una hora estuvimos hablando con él. Nos comentaba que era
monitor de equitación y que vendía su Peniche. Muy amablemente nos invitó a
pasar a verla. Una preciosidad por el módico precio de 300.000 euros (si bien
seguro podría venderla por más dinero en la capital). Hacia las 13h, y con las
esclusas reabiertas continuamos camino.
Miah también ha tomado una costumbre. Si no tiene para ella el asiento del piloto, utiliza lo más próximo que encuentra a su paso. |
Continuamos navengando por el canal lateral a la Loire. Aquí uno de sus tramos más "salvajes". |
Decidimos hacer noche en el muelle
situado frente al ayuntamiento de Ménétréol-sous-Sancerre, localizado entre los
viñedos que dan nombre a este tipo de vinos. Encontramos el muelle
completamente lleno y fuimos buscando una embarcación habitada que nos
permitiera abarloarnos (más tarde supimos que no hubiéramos podido amarrarnos
directamente al muelle por calado aunque hubiera habido sitio). Ricardo y
Collete, en su motora belga “Ricobaud” nos recibieron de buen gusto. ¡Tenían a
bordo 2 gatos! Venían de pasar 3 años en el sur y se dirigían a los canales del
norte de Alemania. Compartimos una tarde de lo más agradable.
El
puerto está gestionado por el restaurante/hotel “La Floroine” (ya que el
Ayuntamiento, que gestiona el puerto, se encontraba en reformas). En el hotel
había posibilidad de darse una ducha, lo cual no esperábamos (no viene
mencionado en las cartas), pero lo aprovechamos de buen gusto. Más tarde fuimos
los 4 a cenar al restaurante. Comida casera y perfecta compañía, ¡justo lo que
buscábamos!
- Distancia recorrida: 2207nm
- Distancia total recorrida: 19nm
- Tiempo aproximado: 6.5h
- Nº esclusas: 5
- Nº total de esclusas: 107
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