martes, 16 de septiembre de 2014

Chateneuf du Rhône a Avignon


Pasando la esclusa de Bollène
16.09.14. Madrugamos para partir a las 7.30 en dirección a Avignon. Nos esperaba una jornada larga, pero podríamos dormir en la preciosa ciudad de Avignong. Encontramos mucha niebla durante las primeras decenas de kilómetros. Al llegar a la esclusa de Bollène (la de mayor desnivel de nuestro viaje y una de las más grandes de Francia) coincidimos con todas las mismas embarcaciones con las que cruzamos la esclusa de Chateneuf ayer. Con ellas y con una Peniche atravesamos esta enorme esclusa de 23m de desnivel. Todo el mundo hacía fotos, tomaba vídeos, y miraba para arriba ya que el espectáculo no era para menos. Todos excepto Miah, que miraba para abajo impresionada de las burbujas que salían de debajo del barco y derivadas del proceso de vaciado de la esclusa. 

Hacia las 10.45 estábamos continuando nuestro camino.
El día se despejó para dar paso a un calor sofocante. De Miah, desde la esclusa, no supimos nada. Se metió debajo del dinghy para  evitar la solana. Sin embargo el paisaje era increíble. Pasamos varios castillos, algunos de ellos en ruinas como el de Roquemaure.
Numerosos castillos en ruinas

Algo más tarde, en la esclusa de Caderousse volvimos todos a hacer convoy para cruzar. Se unió al grupo una motora negra de Sète! Muy contentos les preguntamos si efectivamente eran de Sète y les comentamos que era nuestro destino final. Pareció hacernos más ilusión a nosotros que a ellos. El muelle de espera para deportivos estaba lleno, y ellos estaban al pairo. Debido a que se preveía un largo tiempo de espera, nos acostamos a uno de los duques de alba destinados a las peniches. Todos pasamos y continuamos juntos viaje hasta la esclusa de Avignon. Una Peniche hotel nos pasó entre ambas esclusas, y gracias a su prioridad, entró primero en la esclusa. Quedaba sitio para 4 embarcaciones deportivas. Nosotros llegamos en último lugar, así que quedamos fuera y tuvimos de nuevo otro largo tiempo de espera hasta que la esclusa volvió a bascular en nuestro favor. Al llegar a muelle de espera, Miah estaba convencida de que habíamos acabado por el día y bajó a tierra. Se llevó un chasco enorme cuando le ordenamos volver a subir a bordo.
Bastante más tarde, y ya bien cansados, continuamos nuestro descenso del Rhône para luego ascender los 3 km por el ramal de Avignon. Encontramos muchísima corriente en contra, por lo que esto nos llevó mucho tiempo. Sin embargo teníamos unas increíbles vistas de la ciudad. 
¡Avignon a la vista!

Pasando por el famoso puente cortado de St Benezet

Al llegar al puerto, encontramos a los otros miembros del convoy que habían tomado los espacios libres del muelle. La motora de Sète había ocupado dos sitios, y cuando les preguntamos si les importaba moverse un poquito para que pudiéramos entrar nos dijeron muy  contundentemente “n’estpasnotreprobleme… demierdez-vous”. ¡Qué bonito! Una motora inglesa nos hizo señas para que nos abarloaramos a ellos. ¡Mil gracias! Estábamos realmente agotados de esta larga jornada, e infinitamente agradecimos el gesto de los ingleses. La ciudad nos invitaba a quedarnos unos días y descubrir sus rincones…

  • Distancia recorrida: 40nm 
  • Distancia total recorrida: 2561nm 
  • Tiempo aproximado: 12h 
  • Nº esclusas: 3 
  • Nº total de esclusas: 210

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