miércoles, 31 de agosto de 2011

Día 44: Agde-Sète


Sète desde el mar.
Pasando la primera tanda de puentes levadizos en Sète.
Pasando la segunda tanda de puentes en Sète.
Èthang de Thau, al norte de Sète, acceso a los canales.
30.08.11. Madrugué para tener todo preparado para salir. Desayuné, estibé todo y fui a ver a Any y Pierre para ver si me podían dar las indicaciones para entrar en Sète. Me comentaron que debía de entrar dentro del puerto, y atracarme en el Quai d’Alger hasta las 18:45, que es cuando abrían el Pont de la Victoire y el Pont du Tivoli. Me dijeron que 20 minutos más tarde abrían el Pont de la Gare y el Pont Sadi Carnot, que se abrían al Éthang de Thau. Allí, a la entrada del canal de Rhône a Sète había un varadero dirigido por un amigo de ellos, Gilbert. Me dijeron que preguntara por él, que se encargaría de bajarme el palo. Así haría. Sobre las 10:00, y tras despedirme de Any y Pierre y agradecerles por enésima vez toda la ayuda y hospitalidad, largué amarras. En un cuarto de hora escaso estaba saliendo por la desembocadura del Hèrault. Tanto el viento como el mar estaban completamente en calma, por lo que tuve que recurrir al motorcito. Puse rumbo 132º hacia el S de la Isla  de Brescou, en Cap d’Agde. Mi velocidad en estas condiciones era de 4 nudos. El paisaje en esta zona era muy curioso, dado que la arena de las playas era oscuro y las piedras que había utilizado para hacer el dique de abrigo del puerto de Cap d’Agde eran negras, y es que aquí hay un volcán, ya extinto. Sobre las 12:00, cuando ya me encontraba al E de Marseillan-Plage, se levantó un poco de viento (4-5 nudos) del SE, que fue arreciando hasta el final de la travesía hasta los 10 nudos. Icé la mayor y saqué la génova. Pude bajar de revoluciones el motor y aún así estaba haciendo unos 5 nudos de velocidad. Tras pasar el cabo, puse rumbo al 043º, directo al puerto de Sète dejando por estribor una zona de navegación prohibida. Llamé a VNF en Arles para confirmar el calado del Canal du Rhône a Sète y me confirmaron que era de un mínimo de 2.5 metros. De repente se oyó un ruido horrible, muy fuerte. Era un caza militar, que me pasó  bastante cerquita. Iba a una velocidad de vértigo, en escasos 3 segundos se perdió tierra adentro. Llegué a la bocana de Sète sobre las 14:00 y me amarré donde me dijo Pierre. Aquí debía de esperar hasta las 18:45. Me saqué una merecida cervecita bien fría y me puse a comer. Al poco se acercaron 2 agentes de aduanas que me pidieron ver los papeles del barco y mi documentación. Al poco, llegaron otros 4 agentes más, y entraron en el barco. Me pidieron que bajara yo también. Éramos 7 personas dentro del barco, un agobio tremendo. Me rebuscaron hasta en la cartera, que miraron para ver cuánto dinero llevaba a vaya usted a saber qué. Se metieron con zapatos y todo en mi cama, la cual pisotearon sin compasión. Hablaban entre ellos comentando lo “artesanal” que era mi barco, y creo que es les mosqueaba. Me preguntaron varias veces si yo había hecho el barco por dentro. Les dije que yo los mamparos no los había tocado desde que compré el barco. En fin, después de mucho rebuscar y preguntar se ve que se dieron por vencidos, pero era evidente que se iban con la mosca detrás de la oreja. Luego se fueron a rebuscar en el barco que atracó frente a mi. Ya me tocaba recoger todo el desastre que me habían dejado hasta que fuera la hora de pasar por los puentes. Sobre las 18:35 largué amarras para estar preparada para cruzar. La guía imray decía que había que pasar muy rapidito porque enseguida cerraban de nuevo los puentes. Así que ahí estábamos todos los barcos en fila de a uno listos para cuando abrieran. A las 18:45 en punto estaban abriéndonos paso. Yo iba la penúltima en la cola, y según pasaban los últimos, otro velero, el semáforo se puso en rojo y sonó una alarma. Ellos siguieron en cualquier caso y pasaron sin mayor problema. Los primeros dos puentes estaban salvados. Ahora quedaban otros dos. Yo decidí quedarme en el muelle donde me dijo Pierre que me podía quedar. Había muchos pescadores, así que les di un toque con la bocina y enseguida tuvieron la amabilidad de quitar algunas de las cañas y ayudarme con las amarras. Pero ah! Estaba rozando con algo el casco! Pero había mucho calado! Me asomé y había un escalón junto al muelle! Horror! Vaya rozón le pegué al pobre Tortuga en la obra viva. Pero todo bien, sólo era eso, un roce. Me hacía falta una defensa muy gorda para separarme del muelle y salvar el escalón, pero no tenía nada que me hiciera el apaño, así que salí de nuevo. Me asomé al “Maria Helena”, barco también amigo de Pierre y Any, por si podía abarloarme, pero no había nadie en “casa”. Así que decidí cruzar los otros dos puentes. Tardaron unos diez minutos más en abrir el tercer y cuarto puente. Ahora yo iba la última en la fila. El primero lo pasé sin problema, y cuando pasaba el segundo me pasó como al otro velero. Se me encendió la luz roja y la alarma, pero yo seguí para adelante sin más problema. Yo no creo que es que se cierren muy pronto como decía la guía Imray, sino que ven al último llegar y empiezan a encender el mecanismo de cierre, que debe de llevar bastante tiempo (al menos el suficiente para que pase un barco más). Ya estaba en el Èthang de Thau. Busqué las 3 luces verdes del canal para entrar al varadero que me dijeron Pierre y Annie. El velero que iba por delante de mí también entraba al varadero, así que no tuve más que seguirles. Cuando llegué, llamé pero no había nadie. Pregunté a una pareja que estaba en un catamarán en una de las “T”s, y me dijeron que no me podía quedar, que no era una marina. Esto al parecer son unos atraques reservados para la gente que está esperando para subir o bajar el barco al agua, y que se lo dejan gratis a la gente que trabaja en su barco en colaboración con el varadero. Qué buen plan! Yo les dije que venía a bajar el palo, entonces me dijeron que me podría quedar en un amarre pero que a las 10:00 debía de dejarlo libre. Así haría. Ellos mismos me ayudaron a amarrar y me invitaron a su barco a tomar un vino de “bienvenida”. Eran una pareja super amable. En su barco también estaban “mis nuevos vecinos”, una pareja con 3 hijos. Me comentaron que llevaban dos años dando la vuelta al Mediterráneo y que acababan de llegar de Grecia. Al parecer les dan clase a sus hijos por la mañana y por la tarde se dedican a navegar. Qué buen plan! Pero este año los niños iban a ir al colegio antes de dar el salto al Atlántico. El dueño del Catamarán me dijo que el tal Gilbert sólo era un cliente, y tuvo la amabilidad de llamar al dueño del varadero por teléfono. El hombre decía que vendría al día siguiente sobre las 12:00, y que entonces podríamos hablar. También dijo que si yo tenía todo preparado no me llevaría ni mucho tiempo ni dinero bajar el palo. El varadero abre mañana a las 8:00. Iré a hablar con ellos antes de dejar libre el atraque y quedaré en lo que sea para bajar el palo.

Vista de Sète desde el Èthang de Thau.

    • Distancia recorrida: 21 nm
    • Tiempo aproximado: 9 horas (contando con la espera)
    • Distancia total recorrida: 1011 nm
    • Tripulación: -

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