viernes, 5 de agosto de 2011

Días 17 y 18: Adra-Cartagena

Un velero de camino a Almerimar. De fondo, el mar de plástico.

Cabo de Gata al atardecer, aunque no le hace justicia a la realidad.
Después de cenar, nos preparamos para la noche....
Cabo Tiñoso. Aún había gente que pasaba más cerca que nosotros...
Algunos de los bastiones que flanquean la bocana del Puerto de Cartagena.
A la salida del Puerto...
3-08-11 y 4-08-11. Salimos de Adra hacia las 11:30 de la mañana. Justo cuando estábamos a punto de arrancar se acercó un conocido de Puerto Gelves! Qué pequeño es el mundo. Había reconocido al Tortuga, y eso que cuando lo vio estaba en varadero y sin pintar (no tenía ni la Tortuga para reconocerlo). Nos despedimos y salimos del puerto encontrándonos la resaca correspondiente del día anterior. Con viento del SSE y unos 5-7 nudos de viento pusimos rumbo de nuevo a Almerimar, donde entramos a repostar. Hacia las 13:50 estábamos encontrando en la gasolinera. La intención ya era comer en ahí, pero nos indicó el marinero que sólo teníamos media hora de cortesía (normalmente suelen ser 4 horas…). Pero bueno, tiempo para hacer algo de comer… Hacia las 15:00 estábamos de nuevo en marcha. Pusimos rumbo directo a cabo de Gata, para evitar la Bahía de Almería. El mar estaba en calma (excepto por los ocasionales hinchones de la resaca) y encontramos un viento constante de unos 7 nudos de S al que pudimos ceñir.

Cuando estábamos al sur de Punta del Sabinal, tanto el mar como el viento calmaron por completo. La definición exacta de una “calma chica”!. Así que tuvimos que continuar a motor, haciendo una velocidad media de 5 nudos. Hacia las 18:30 ya estábamos al S de la ciudad de Almería y a las 21 al S de cabo de Gata. Al entrar en la zona de uso restringido recogimos la liña que llevábamos.  Disfrutamos en un atardecer impresionante, y según caía la noche asomó una luna creciente por nuestra popa, que pronto nos abandonó y dio paso a un cielo estrellado. Lo que hace el no tener contaminación lumínica a la que tanto estamos acostumbrados! Hacia las 22:30 estábamos a 1 nm del Puerto de San José, pero dado que las condiciones estában tan buenas y dado que habíamos estado dormitando todo el día decidimos navegar esa noche también. Así que nos preparamos para ello: mantas, linterna y chalecos salvavidas. Cenamos y nos repartimos las guardias. Empecé yo de 23:00 a 1:00. El mar seguía en calma y el viento también. Muy frecuentemente se veían estrellas fugaces. No había que pedir un deseo? Se nos hubieran acabado… La guardia terminó sin más problemas y Jordi me relevó de 1:00 a 3:00. Durante este tiempo arreció el viento, pero de componente NE así que poco podíamos hacer. De 3:00 a 5:00 volví yo e intenté usar un poco el viento, pero fue imposible. Me quedé haciendo “el tonto” frente a la costa de Carboneras, así que a recoger las velas y seguir a motor. Consideramos poner rumbo directo a palos, pero considerando el viento, ceñimos a la costa de Murcia. Hacia las 6 llegamos a la solución de compromiso de llegar a Cartagena, que nos costaría navegar durante todo el día siguiente. Hacia las 7:30 estábamos pasando al E de Garrucha a unas 5 nm de la costa. El viento, aún de NE nos obligó a caer hacia Águilas. Cuando teníamos Águilas a 2 nm por fin roló al viento de levante de 17 nudos que habían predicho, lo que nos permitió llegar a Cabo Tiñoso a una velocidad media de 5.5 nudos. Alcanzamos el cabo hacia las 16:00. Lo pasamos muy cerquita, gracias a que no había peligro alguno al pie de sus acantilados. De este modo pudimos disfrutar de sus maravillosas vistas. Jordi, quien ha navegado mucho por estas aguas me contó que hay la creencia entre los marineros de la zona de que se ven “caras” en los acantilados, que varían mucho a las distintas horas del día por cómo la luz incide en las rocas. Si ves una “cara sonriente” supone buen presagio para la navegación, no siendo así si ves una “cara seria o triste”. No conseguíamos ver ninguna cara… Falta de imaginación tal vez? Entramos en la Bahía, quedándonos anonadados con las vistas. Se trata de una Bahía enorme en cuyo fondo hay un puerto natural todo de roca que es el Puerto de Cartagena. Según entrábamos por la bocana, (como digo, toda natural y que ha sido utilizado ya desde hace 2500 años) eran evidentes los numerosos vestigios de otras épocas, con fortines en los montes e incluso baterías con cañones más modernos. En medio de la bocana había una isleta que debíamos de sortear. Entramos al Real Club de Regatas de Cartagena, por la parte de levante del puerto. Ahí un marinero nos esperaba en la punta para indicarnos el amarre. El puerto precioso, en pleno centro de la ciudad frente al Ayuntamiento. Y con piscina! Precio muy asequible para lo que es (20 euros). Ahora, a disfrutar un poco de la oferta cultural de Cartagena, que es prácticamente inabarcable!
 
o       Distancia recorrida: 134 nm
o       Tiempo de navegación: 29 horas.
o       Distancia total recorrida: 440 nm



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