29.08.14.
Siguiendo nuestra experiencia del día anterior, partimos a una hora que
calculábamos nos dejaría en un bonito muelle hacia la hora de comer (en la que
cierran las esclusas). Durante toda la mañana pasamos una esclusa tras y otra, y llegamos a nuestro pequeño muelle hacia las
11.45. ¡Buena planificación! El muelle en apariencia era igual a los muelles de
espera del canal de Loing y que no tienen calado suficiente. Sin embargo, este
aparecía marcado en las cartas. Decidimos probar y aproximarnos despacio.
Tocamos algo el fondo, pero nada grave dado que era todo fango. Fabrice algo
más tarde salió con una vara para medir. A los laterales del muelle de nuevo no
había más que 1.20m de calado, con una superficie fangosa de unos 15 cm y bajo
el cual había fondo rocoso. En cualquier caso no tuvimos problema. Miah saltó a
tierra para jugar. La hierba era totalmente frondosa y muy alta, lo que parecía
que jugaba a explorar. La veíamos amenudo saltar entre las altas hierbas
acechando insectos y pájaros.
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Navengando por el Canal de Loing |
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El canal de Loing, pequeño pero bien encantador |
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Pequeño tentempié de mediodía, esperando frente a la esclusa. |
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En el muelle de espera frente a la esclusa. |
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Miah aprovechó para acechar bichos entre la hierba. |
Después de la pausa de mediodía continuamos camino y se unió a nosotros una pareja francesa en una motora de acero. Formamos convoy durante el resto del día y pasamos una quincena de esclusas juntos. El tema se volvía complicado, ya que muchas de las esclusas del canal (que frecuentemente superan los 3 metros de desnivel) no tienen crucetas o bolardos en las paredes, y uno debe amarrarse a borlardos en superficie que no son siempre accesibles. Además, cuando uno entra en convoy con otra embarcación, la localización de los bolardos no siempre coincide con la posición donde uno debe amarrar, dificultando enormemente la tarea. Tanto como nuestros compañeros de convoy como nosotros tuvimos algún momento de pánico, pero todo salió bien al final.
Otras esclusas resultaron ser automáticas. Encontrábamos unas señales similares a los que indican "radar" en la carretera. Para activar estas esclusas, es necesario pasar por delante de este cartel ya que tiene cerca unos detectores de movimiento a ambos lados del río.
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Sí, efectivamente, nuestra siguiente esclusa se encontraba a 0.3km. Esa fue la tónica durante todo el día. |
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Llegando al detector de las esclusas automáticas. |
Atravesando el puerto de Montargis, tuvimos un momento de nervios, ya que el calado del canal descendió hasta 1.60. En varias zonas tocamos fondo y en el resto notábamos como íbamos "arando" en el fango. Nuestros compañeros de convoy nos comentaron más tarde que vieron zonas de hasta 1.20 de calado. Esto lo comentamos al personal de VNF de la esclusa de Montargis que nos dieron su palabra de enviar esta información a instancias superiores.
Continuamos hasta las 7 de la tarde, cuando llegamos al puerto de Montcresse, un muelle localizado a unos 15 minutos a pie de la ciudad. Ahí atracamos las dos embarcaciones. Miah tuvo un montón de sitio para jugar, y tanto jugó que regresó al barco sin su collar. En algún sitio lo perdió y nunca más lo volvimos a ver. Collar de fortuna para Miah y a la cama después de un largo día de pasar esclusas (18 sólo hoy!)
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- Distancia
recorrida: 20nm
- Distancia total recorrida: 2163nm
- Tiempo aproximado: 9h
- Nº
esclusas: 18
- Nº total de esclusas: 81
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