Gouda a Dordrecht

17-8-13. Nuestra meta hoy ha sido llegar a Dordrecht, la ciudad más antigua de Holanda. Durante la mañana recorrimos las 19 millas que separan Gouda de esta hermosísima ciudad. En nuestro camino, tuvimos 2 puentes y 2 esclusas.

Vista de la segunda esclusa (a la derecha) a pasar de camino a Dordrecht. Impresionantes las compuertas contra posibles inundaciones!

El día se presentó soleado, aunque hacía algo de frío, fue una delicia navegar por los canales. A 6 km al norte de Dordrecht hay un gran puente que se abre cada dos horas, y nosotros llegamos 1 minuto (sí, 1 minuto!) tarde a la entrada, por lo que nos tocó esperar a que volviera a abrir. El único problema es que este puente no tiene muelle de espera, lo que tuvimos que esperar al pairo sorteando cargueros y otras embarcaciones. Pero la llegada a Dordrecht mereció la pena.

Dordrecht a la vista!

Para acceder a esta preciosa ciudad hay un total de 8 canales, que en la carta vienen nombrados de A a H. En cada uno de estos canales hay varios pequeños puertos. En tierra no hay tal nomenclatura, pero sí anuncios para cada uno de los puertos. Nosotros decidimos quedarnos en el Neuerhaven (K.D.R. & Z.V.), para el que hay que atravesar un pequeño puente que, en dirección de entrada al puerto, abre "by request". Este puente se llama Engelenburger Bridge, y debe de ser contactado por el canal 74.

Entrada al canal G por el que se accede al Neuerhafen de Dordrecht

Accedimos a este puerto, en pleno corazón de la ciudad y a los pies de su catedral, que nos recibió con un sorprendente soniquete seguido de las campanadas horarias de las 16.00. Al entrar, un marinero nos tomó los datos y nos indicó enseguida dónde atracar. El capitán del puerto también nos informó que éramos la primera embarcación española que llegaba a este puerto! Tras poner algo de orden en el barco, Miah se fue a la cama y nosotros salimos enseguida a descubrir los rincones de esta ciudad.

Amarrados en Dordrecht, prácticamente a pies de la catedral.

Catedral de Dordrecht

No, no es un efecto óptico: prácticamente todas las casas están torcidas!

Otra vista de Dordrecht, con sus casas inclinadas.