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Klaus y yo. Había que ver qué cosas había que quitar... |
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Panales desmontados y trabajando para estibar todo. |
1.10.11. Y ya nos pilló Octubre. Hoy mi papi y yo llegamos con el coche a St-Jean-de-Losne. Ahí estaba Tortuguita esperándonos. Estaba LLENO de telarañas!! Parecía que hubiera estado abandonado por MESES! Y sólo han pasado 5 días! Este puerto está lleno de arañas... están por todos lados. Mi pobre planta agonizaba en la cubierta... lo cual bien me apuntaron mis vecinos de barco (unos irlandeses con quien hice buenas migas a la llegada) (mi pregunta era... si se habían dado cuenta de que mi planta agonizaba... no podrían haberle echado un poco de agua??). Nos comentaron que había hecho un calor muy fuerte e inusual los días pasados. Dejamos nuestro equipaje y pronto llamó el conductor del camión diciendo que pasaría allí en el puerto el fin de semana completo, dado que el sábado por la noche ya no se puede conducir, el domingo tampoco y el lunes más de lo mismo por ser festivo en Alemania. Fuimos a buscarle a la marina seca. Le encontramos fácilmente por el enorme camión que trajo. El hombre se llamaba Klaus, y era muy simpático. Le llevamos a ver el barco para que nos orientara de qué cosas debíamos de quitar por seguridad... Nos dijo de desmontar los paneles solares y los toldos. También debíamos de amarrar muy bien la embarcación auxiliar, la bici y meter todo lo demás o bien en la bañera o en el interior. Luego volvimos juntos a la marina Blanchart (donde nos sacarían a Tortuga del agua). Está muy cerca de H2O (donde estábamos atracados), pero había que pasar la esclusa de entrada al canal de Borgogne, así que fuimos a hablar con el esclusier para asegurar que hubiera calado suficiente y aclarar si tenía que pagar (mi vignette de los canales se había caducado el día 28 de septiembre). El esclusier muy amablemente nos resolvió todas las dudas, y nos dijo que si sólo ibamos a Blanchart, no había que pagar. Así que volvimos al camión y Klaus nos invitó a una copita de vino. De allí mi papi y yo fuimos a arreglar las cosas en el barco y desmontar lo que había que desmontar, y más tarde iríamos a tomar unas cervezas y a cenar al pueblo con Klaus. Estuvimos hablando con él. Llevaba toda su vida llevando caminiones y llevaba 6 años trabajando para la empresa, que se dedicaba exclusivamente a transportar barcos. Pasamos una tarde muy agradable, y con más cervezas encima de las que debíamos nos volvimos para el barco. Al día siguiente tendríamos mucho jaleo y tocaba descansar!.
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